TEORÍA DE LA JUSTICIA
Según Locke, la teoría de la justicia se define como los
derechos naturales que todas las personas poseen, cuyo cumplimiento puede ser
reclamado siempre y protegidos por la sociedad y el Estado. Dichos derechos
imponen los límites a las demás personas, para que interfieran con ellos. Por
su parte, según John Rawls, la teoría de la justicia se refleja en
una sociedad autosuficiente de personas que en sus relaciones reconocen ciertas
reglas de conducta como obligatorias y que actúa de acuerdo a ellas para poder
vivir. Estas reglas están dictadas en función de la justicia. Estos
principios son los principios de la justicia social: proporcionan un modo
para asignar derechos y deberes en las instituciones básicas de la
sociedad y definen la distribución apropiada de los beneficios y las
cargas de la cooperación social[1].
En
el caso expuesto, existen ciertas situaciones que van en contra de la teoría de
la justicia. Ellas se presentan a continuación:
PUBLICADO POR: Milenka Navarrete
WEISS, Joseph W. (2006) Ética en los negocios. Editorial Thomson, 4a Edición. México D.F http://books.google.com.pe/books?id=FzaY6VZlgUYC&printsec=frontcover&dq=caso+enron+%2B+teoria+de+la+justicia&hl=es&sa=X&ei=_JuIUIfoAubs0gHT5IHIBg&ved=0CD8Q6AEwAw#v=onepage&q&f=false(Consulta: 15 de octubre de 2012)
1) Enron Energy Services (EES), una de las unidades de
negocio de Enron, tenía el propósito de suministrar gas, electricidad y
servicios de gestión directamente a las empresas y hogares. EES concentraría
sus negocios en California, un estado donde la población había aumentado en
gran medida, y donde la energía era provista por centrales eléctricas estatales
que si bien se habían ampliado, no llegaban a cubrir la creciente demanda. EES
gastó millones de dólares en publicidad para atraer a los nuevos clientes. Enron
Energy Services prometía a sus usuarios un promedio de ahorro anual del 5% al
15%[2].
Pese a ello, los funcionarios de Enron no respetaron los derechos de las
personas, porque utilizaron un recurso que era totalmente necesario
(electricidad), para subieron sus precios, hasta el punto que las personas
tenían que quedarse sin electricidad porque les era imposible pagar los precios
extremadamente altos que ponía “el mercado”. No consideraron sus necesidades, y
sólo buscaron su propio beneficio, afectando así a miles de personas que habían
confiado en la empresa. No se tomaron en cuenta sus derechos, se ignoraron sus
necesidades y lo tomaron sólo para su propio beneficio.
Si bien la justicia consiste en tratar a las personas de un
modo que asegure que cada uno obtenga lo que merece en cada situación, esta
situación refleja claramente la desigualdad existente entre los funcionarios de
Enron, quienes salieron beneficiados, y los consumidores quienes salieron
perjudicados y pasaron por sobre sus derechos.
2) La firma contable Arthur Andersen, que auditaba los libros
contables de Enron, instruyó a sus empleados que destruyeran todo el material
de auditoría relacionado con la actividad económica de Enron con excepción de
los documentos más básicos.[3] Además,
los balances y la información financiera fueron maquillados para ocultar las
pérdidas económicas. Estos actos de fraude, iba en contra de los derechos de
las personas y stakeholders en general, a recibir información transparente de
la empresa. Ellos como constituyentes tenían el derecho a recibir datos exactos
acerca de la situación real de la empresa. Los inversionistas por ejemplo, al
ver los Estados Financieros de Enron sin irregularidades, confiaban en la
empresa sin imaginar que de un momento a otro podrían quebrar. Sin duda esto
demuestra un problema de resultados justos, ya que las consecuencias de los
hechos no están repartidas a todas las partes según su responsabilidad.
Probablemente la manera de respetar los derechos de los
stakeholders afectados, hubiera sido ser completamente transparentes y brindar
los Estados Financieros reales, en la medida que las
personas que tenían acciones en la misma hubiesen tenido la oportunidad de
conocer realmente lo que estaba sucediendo con la empresa, y así evitar las
terribles consecuencias que dichas acciones ocasionaron. Al respetar los
derechos de los constituyentes, se hubiese evitado el gran impacto que ocasionó
la caída de Enron; ya que, de haberse detectado a tiempo, se hubieran podido
tomar las medidas necesarias para evitar que las personas sufrieran
consecuencias tan desastrosas. Del mismo modo, los accionistas hubieran podido
tener la facultad de decidir qué hacer con sus acciones y no ser engañados,
mientras sus derechos eran quebrantados.
RAWLS John. (1995) Teoría de la Justicia. Fondo de
cultura económica. México D.F
http://es.scribd.com/doc/49652284/-npPUEzmYaFI5
(Consulta: 21 de octubre de 2012)
VELASQUEZ, Manuel G. (2006) Ética en los negocios.
Conceptos y Casos. Editorial Pearson, Sexta edición. México D.F. (Consulta:
19 de octubre de 2012)
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